La pulpería de Don Tanis en Corralillo de Nicoya, es una parada obligatoria para tomarse el fresco, cada vez que salimos a la bajura Guanacasteca en bici. Se respira un ambiente de tranquilidad y aire puro, como incitando a la exploración. De verano, en las calles polvorientas es común ver el ganado 🐮 , en horas tempranas, quienes se dirigen al momento del ordeño.
En las riveras del Río Tempisque, abundan las llanuras con pastizales, mezcla que se combina con los manglares, entonces la recuperación del bosque poco a poco es una realidad, cediendo el paso a otras actividades como el turismo. La población longeva es bastante considerable, no es extraño ver a un viejo ochentero picando leña para el 🔥 fuego.
El olor a maíz 🌽 amarillo, anuncia la elaboración de las tortillas, característica de esta zona. No falta un condenado perro 🐕 que espere atentamente nuestro paso. Después de una tremenda lucha, estas comunidades se han llenado de esperanza con la reciente pavimentación de gran parte de la ruta, en el año 2019, ante la unión de diversos grupos organizados en esta zona. Por lo anterior, el tema de la accesibilidad nos permite conocer mas trillos para andada en bici que antes eran desconocidos.
Ahora vemos con esperanza que cada vez más personas pueden contemplar la belleza de: los humedales de Corral de Piedra y Mata Redonda que son protegidas por el estado; el avistamiento de aves, la pesca deportiva y avistamiento de lagartos 🐊 . Quienes disfrutan la aventura, es posible adentrarse a las márgenes del Parque Nacional Palo Verde, sector Puerto Humo, donde es posible tomar el Tour en lancha hasta La Isla de Pájaros y el Área protegida.
El río Tempisque fue testigo de la activación económica latente a principios del siglo pasado, los productos de esta zona eran comercializados hacia Puntarenas. Existió una conexión marítima que se presentaba en ferri, dirigido hacia Puerto Jesus, hasta llegar a la conocida «Perla del Pacífico» la ciudad de Puntarenas. El transporte de: cerdos, gallinas, ganado vacuno y personas, era parte de todo el movimiento vivido en esta travesía, acompañado en las aguas turbias de la rivera, todo un intercambio de bienes y servicios que pasó a la historia.
Para seguridad de los ciclistas de montaña, los vehículos no son frecuentes, por lo que aún se puede andar en bici tranquilamente en las calles de lastre. A pesar de esto, no es extraño ver los camiones de La “Dos Pinos” u otra cooperativa recolectando leche y el silbido de los vaqueros apartando los terneros de su madre, para recolectar nuevamente el producto lechero siendo la actividad diaria que sustenta la actividad de subsistencia. Definitivamente, si te quieres desconectar del «bullicio» y la aglomeración, este lugar te ayudará a recargar energías para el año venidero.